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10.06.2021

𝙿𝚛𝚎𝚌𝚒𝚘𝚜𝚊 𝚟𝚒𝚟𝚒𝚎𝚗𝚍𝚊 𝚙𝚛𝚘𝚟𝚎𝚗𝚣𝚊𝚕 𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚝𝚒𝚛 𝚍𝚎 𝚞𝚗𝚊 𝚊𝚗𝚝𝚒𝚐ü𝚊 𝚌𝚊𝚜𝚊 𝚏𝚊𝚖𝚒𝚕𝚒𝚊𝚛…

Han pasado ya 5 años desde que completamos el reto de rehabilitar esta vivienda en el Parque Natural de los Picos de Europa, a medio camino entre el Desfiladero de Los Beyos y el Puerto del Pontón, pero no por ello dejamos de recordar lo especial que fué este trabajo tanto para nosotros como para sus propietarios. Porque, la de esta casa, ha sido una historia llena de emociones y recuerdos imborrables.

Y es que, en la antigua casa que nos encontramos en nuestra primera visita, había pasado los periodos vacacionales de su infancia y, sobre todo, de su adolescencia, nuestro cliente y nuevo propietario. ¡Sus recuerdos eran buenísimos! Tanto que, en cuanto se enteró que había salido a la venta aquella vieja casa, no dudó en adquirirla.

En cuanto formalizaron la compra de la vivienda, nos contactaron para ofrecernos ejecutar este proyecto, -sabedores de nuestra experiencia en la rehabilitación de edificios de esta índole-, percibimos su ilusión y ganas por hacer una casa especial que tantos recuerdos les removía.

Era inevitable tenerle cariño a esa casa. A los recuerdos que guardaban aquellas 4 paredes, se unía el enclave en el que se sitúa. Estamos hablando de una de las casas más antiguas del pueblo, en la misma falda de los Picos de Europa, sobria, sin pretensiones; con muros de piedra, unas maderas fantásticas, muchas posibilidades… ¡En fin, lo tenía todo!

A pesar de todo, los miedos que asaltan a unos nuevos propietarios, que quieren rehabilitar por completo su casa, no dejan de suponer un reto enorme para nosotros como constructores. Les empiezan a aparecer dudas: ¿que se podrá hacer aquí? ¿está muy mal? ¿hay que derribarla por completo? ¿estas maderas sirven? ¿se pueden tocar estos muros de piedra?… Apoyados en nuestra experiencia y, bajo el criterio y conocimientos que el arquitecto Luis Alberto Alonso-habitual colaborador de nuestra empresa en proyectos de rehabilitación y obra nueva-, aporta siempre en sus dibujos, fueron despejando esas dudas que tanto les atormentaban.

El proyecto echó a andar y, de aquella vieja casa, oscura como una cueva, con techos bajos, zonas de desván prácticamente inhabitables, forjados de madera en mal estado, muros de piedra a reforzar, humedades por todos lados…fuimos dando forma a una casa llena de luz, amplias zonas comunes, cómodas habitaciones, cada una con su cuarto de baño, un grandioso salón-comedor acristalado… pero todo sin perder la esencia de lo que había sido aquella casa.

El tema de aportar luz con amplios ventanales acristalados con vistas al macizo de Picos de Europa estaba claro teniendo semejante belleza a tu disposición. Pero… ¿y las fachadas? ¿qué aspecto le damos?, se preguntaban los propietarios. Nuestro consejo fue aportar un aire provenzal a los acabados exteriores de la vivienda con revocos al natural de arenas y pigmentos, y unas carpinterías de madera esmaltadas con un tono típico de la Provenza.

A medida que avanzaban las visitas de obra, los propietarios fueron dejando atrás sus miedos iniciales y empezaron con la elección de acabados interiores: puertas, picaportes, pinturas, colores, cerámicas… Cuentan que, para ellos, también fue especialmente emocionante la labor de decorar la casa. Reutilizar muebles de herencia familiar, colocar una lámpara antigua de su abuela, recuperar los baúles que había por el desván de la casa… incluso retapizar unos antiguos sofás heredados con telas actuales-nuestro equipo de decoración encabezado por Loli Lavin se encargó de ello-.

Todo lo necesario hasta completar un proyecto que nos colmó a todos de ilusión. A los propietarios por ver cumplido su sueño de rehabilitar aquella casa que tantos recuerdos guardaba de su infancia, y a nosotros por ver a unos clientes satisfechos y emocionados estrenándola.

📸 Reportaje completo aquí